Quiero tener un árbol viejo, una tarde, quiero unas horas, quiero empezar y terminar.
Gritos y susurros, chicharras que cantan a la vida,
esa última gota del rocío que mañana ya no será el mismo.
Quiero volar sin dirección, quiero un bosque, quiero voz, quiero silencio.
Presencia, ausencia, te quiero a vos, me quiero a mí con vos.
Volar a la luna y desde arriba gatillar al mundo para que cambie... y volver.
Volver, irme y volver.
Una puerta abierta para cerrarla, una cerrada para abrir
y descubrir una ventana para escapar.
Quiero un recuerdo y muchos olvidos.
Quiero un costado izquierdo, un nombre para decir,
hojas secas que me hagan disfrutar de las nuevas.
Un invierno, una primavera, una lluvia en mis huesos erguidos.
Quiero una canción, una melodía...
millones y millones de corcheas viajando por mis oídos...
Quiero saber que será, quiero lo desconocido y también lo conocido, aunque ya no tenga sorpresa.
Me quiero a mí en un montón de gente y que me encuentres.
Quiero sol, quiero sombra, quiero luz, quiero nubes, calor y refugio, frío y soledad.
Perderte para encontrarte y abrazarte por haberte perdido.
Te quiero cerca y lejos, te quiero acá y allá.
Te quiero con lo que soy y con lo que puedo.
Quiero lejanía y pérdida.
Quiero cercanía y encuentro.
Quiero permanecer, estar en vos.
Quiero que recuerdes, quiero que no me olvides.
Quiero eternidad.
Pero lo eterno en vos.
-Por Blanca Suarez-
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