lunes, 21 de abril de 2008

Caminata sin caminos.






Abriendo los ojos no despierto.

Tapándolos con mis manos, logro enceguecerme de mil modos.
Cuidado delicado y contenido necesito para levantarme poco a poco.
Mareada de tanto palabrerio repetitivo obligo la aparición de una sordera.
Contrayendo el miedo... arrastro lo que queda de mi ...
Levanté en el camino, alegría de cosquillas hechiceras.
Parpadeo y se asoma esa esperanzadora luz que esperaba mi mirada hace tiempo...
Almuerzo y ceno ganas nutritivas de seguir el sendero que siento alrededor.
Comienzo así... a vivir lo que la razón no me dejaba.
Ciega y sorda.
Desconcertada y entumecida por ese cartel que dice "PRESENTE".







1 comentario:

Ale dijo...

+




Yo siempre lo sentí no como una sordera, sino como una completa percepción de aturdimiento*



gracias por obligarme a pensar




Ale.-